Descripción
Un piso con alma, vistas al mar y una ubicación que enamora. Bienvenido a la Alameda de Vilagarcía.
En plena Alameda, en uno de esos edificios señoriales que han marcado el paisaje urbano de Vilagarcía, te espera una joya con historia, metros de sobra y un potencial enorme. Hablamos de una vivienda de unos 180 m², amplia como pocas, en una construcción robusta y elegante, de las que ya no se hacen. El edificio impone solo con verlo: fachada señorial, portal con presencia, vecinos de toda la vida... Una comunidad consolidada en un entorno privilegiado.
Generosa en espacio, con una estructura sólida y dos terrazas con vistas despejadas al mar, esta propiedad ofrece mil posibilidades para convertirla en un hogar de lujo o en una inversión con visión de futuro. Cuenta con cuatro habitaciones, cuatro baños y una distribución que permite rediseñar los espacios de forma cómoda y eficiente.
Aunque se puede entrar a vivir tal cual está, lo ideal es imaginar una reforma que potencie todas sus virtudes: techos altos, grandes ventanales, orientación privilegiada, luz a raudales y estancias que respiran amplitud. Y todo ello con el extra de una bodega, perfecta para almacenamiento adicional.
No tiene garaje, cierto, pero lo que sí tiene -y no es poco- es ubicación, presencia, historia y posibilidades reales de convertirse en una de las mejores viviendas de la ciudad. Aquí no estás comprando solo un piso: estás apostando por una propiedad única en una de las zonas más demandadas de Vilagarcía, con la Alameda a tus pies, el mar de frente y todos los servicios a un paso.
Vilagarcía no es solo una ciudad gallega, es un destino que enamora por su ambiente tranquilo, su cercanía al mar y su creciente atractivo turístico. Situada en plenas Rías Baixas, a solo unos minutos de la playa, con un paseo marítimo que invita a caminar, puertos deportivos, rutas gastronómicas y eventos culturales durante todo el año, es perfecta tanto para vivir como para invertir. Además, su ubicación estratégica entre Santiago, Pontevedra y Vigo la convierte en una ciudad muy cómoda para quienes valoran la calidad de vida sin renunciar a estar bien conectados.
La Alameda, en concreto, es el corazón de todo. Un entorno peatonal, verde, cuidado, donde se respira paz incluso en verano, cuando el turismo llena la ciudad de vida. Aquí todo queda cerca: cafeterías con terraza, tiendas de toda la vida, el puerto, la playa, parques... Es una de esas zonas donde lo difícil no es imaginarte viviendo, sino querer irte.
Si estás buscando una vivienda única, con metros de sobra y la posibilidad de reformarla a tu gusto en una ubicación que lo tiene todo, esta es tu oportunidad. Ideal para familias grandes, para quien busque una segunda residencia junto al mar o incluso para un perfil inversor que quiera reconvertirlo en algo especial.
Luz, espacio, ubicación y vistas. Lo tiene todo. ¿Lo vemos?
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